domingo, 2 de marzo de 2014

¿Fue Importante la Relación de Mamá y Papá?

La respuesta es si. Fue tan importante que definirá lo que seremos en el futuro.
Cuando crecemos con nuestra pareja vemos que nuestra relación funciona; crecer significa “sanar” todo lo que traigo de mi niñez, de mi pasado. Nosotros no fuimos programados para tener una relación exitosa, quien te enseño a amar fue la relación de pareja de papá y mamá. Si ahí hubo problemas esos mismos vas a tener tú en tu relación y si no haces un cambio, eso mismo “reciclaran” tus hijos (es decir; repetirán las misma relación de pareja). Muchas de estas acciones son de manera inconsciente, ya que no nos damos de cuenta que estamos repitiendo el mismo patrón hasta que analizamos a profundidad nuestra conducta o algún amigo cercano nos hace la comparación.
El síndrome de regresar a casa nos dice que “Los seres humanos se acercan a lo familiar, aunque lo familiar no sea saludable”. Esto significa que como niño tú tienes una asociación mental: AMOR=HOGAR. A menudo, nosotros perseguimos situaciones emocionales que son similares a las que experimentamos cuando niños, sin importar que esas experiencias sean positivas o negativas. Si hogar=abandono, entonces tu mente concluye que: AMOR=ABANDONO. Si hogar=miedo y tensión, tu mente concluye que amor=miedo y tensión. Si hogar=críticas, tu mente concluye que amor=críticas. Tu mente va a igualar cualquier asociación de amor que tengas sobre “HOGAR” con lo que estás supuesto a sentir del amor. Eso es lo que hemos llamado arriba “reciclar la conducta”. De ahí que es tan importante lo que hemos vivido en nuestra niñez, en nuestro hogar.
Muchos de nosotros hemos dejado el hogar físicamente, pero no emocionalmente. Para experimentar libertad verdadera en nuestras relaciones, necesitamos dejar el hogar. Dejar el patrón que aprendimos en nuestro hogar. Tú puedes dejar el patrón detrás de ti, pero no tienes necesariamente que dejar a la pareja con quien estás. Lo que debes hacer es “sanar esas heridas” en tu relación de pareja, superarlas, tomando conciencia de ellas primero que nada. A menos que estemos frente a un codependiente.
“Como niño, tú tienes dos agendas básicas: quieres sentirte feliz y amado. Quieres ver a tus padres felices y amados. Si en tu niñez esas dos agendas no se llenaron como tú deseabas, es como si tuvieras un NEGOCIO PSICOLOGICO EMOCIONAL SIN TERMINAR”.
Tu mente inconsciente buscará completar su negocio emocional incompleto de la niñez, haciéndote “escoger” personas que te ayudarán a recrear tus dramas de la infancia. Es como si tuvieras reencarnando a mamá o papá en otra persona.

Los tres tipos de reencarnación emocional son:

1) ENAMORARSE DE PAPÁ Y MAMÁ. Si no recibiste el amor o la atención que querías de tus padres,  puedes atraer a una pareja que como tu padre, no te dé el amor que quieres.

(Tú puedes enamorarte de una pareja, que es como el padre con quien tuviste dificultades)
2) CASTIGANDO A MAMÁ O PAPÁ. Si no te sentiste amado cuando niño, tendrás mucha rabia reprimida por eso. Puedes encontrar una pareja como tu padre e inconscientemente actuarás para herir o rechazar a tu pareja.

3) SALVANDO A MAMÁ O PAPÁ. Si tu padre no fue feliz ni se sentía amado, podrás atraer una pareja igual que ese padre para amarlo o rescatarlo, sin importar que esa persona sea buena para ti o no. En este caso, estaríamos frente a un codependiente.

Por lo tanto es importante sanar nuestras heridas emocionales para evitar cualquier tipo de reencarnación emocional. Me despido y les recuerdo que para vivir solo hacen faltan ganas. Dios los bendiga.

0 comentarios:

Publicar un comentario